Milicia chiita cuestiona lucha antiterrorista de EE.UU. en Iraq

"Hasta este día, no hemos visto un esfuerzo realmente serio para combatir a Daesh", afirmó Hadi Al-Ameri, el jefe de la organización paramilitar integrada básicamente por voluntarios chiitas que apoya al Ejército y las Fuerzas de seguridad iraquíes en el combate a ese grupo extremista sunnita.

En declaraciones que difundió este martes el canal Al-Ghadeer, afín al movimiento Badr por el cual es diputado, Al-Ameri explicó que la falta de voluntad de Washington llevó a las autoridades de Bagdad a mirar hacia Moscú en busca de asistencia efectiva para vencer al terrorismo yihadista.

Refiriéndose a la coalición que encabeza Estados Unidos, el líder de la MP señaló que "algunos tratan de contener a Daesh, pero no eliminarlo realmente e impiden a sus combatientes regresar a Europa, que es de donde vienen".

"Esta falta de seriedad de la coalición internacional nos hizo cambiar el rumbo. Rusia (que empezó la semana pasada los bombardeos aéreos en Siria) se está moviendo de una manera muy seria contra Daesh", recalcó.

Hace más de una semana, el gobierno del primer ministro Haider Al-Abadi anunció un acuerdo para establecer en Bagdad un centro de coordinación e intercambio de información de inteligencia junto con Rusia, Irán y Siria para luchar contra el EI, y dijo que consideraría una posible ayuda militar rusa.

Al-Ameri añadió que los fundamentalistas muestran una "habilidad sin precedentes en la historia del terrorismo" para reclutar a extranjeros e incorporan a extremistas de 108 países que ingresan a Iraq a través de Turquía con el conocimiento de la coalición pro-estadounidense, acotó.

"Si son serios acerca de combatir al EI, tienen que detener estas llegadas que están provocando una carnicería y destrucción en Siria e Iraq", dijo dirigiéndose a la Casa Blanca y sus aliados que intentan desacreditar la efectividad de las operaciones militares del Kremlin.

Las unidades de la MP, entretanto, repelieron un ataque de los yihadistas al barrio Al-Askari, en el poblado petrolero de Baiji, cercano a Tikrit, la capital de la provincia norte de Salaheddin, mientras mataron a 20 terroristas, incluidos 15 suicidas árabes y extranjeros, en Qaim (Al-Anbar).

Asimismo, 25 sublevados murieron o resultaron heridos en choques con fuerzas de seguridad apoyadas por la aviación de la alianza pro-norteamericana en la aldea Abticha, unos 50 kilómetros al oeste de Mosul, devenida capital del autoproclamado califato islámico desde junio de 2014.

Esas acciones siguieron a los tres atentados con bombas reivindicados ayer por el EI que causaron 63 muertos y decenas de heridos en las provincias de Diyala (oriente) y Basora (sur), así como en el barrio Husseiniya de Bagdad.

Los terroristas sunnitas también asesinaron a 70 miembros de su propia tribu Albu Nimr en la demarcación oeste de Al-Anbar, tras acusarlos de apoyar al gobierno, reveló el lunes el jeque de ese clan, Naim al-Gaood.