Los invariables objetivos de Estados Unidos hacia Cuba

Y ocurrió lo impensado. Hillary Clinton pidió el fin del bloqueo nada menos que en Miami, el mismísimo corazón de la contrarrevolución cubana.

Claro que ese pedido, que tuvo lugar el viernes último, hay que matizarlo con los colores de la política imperial norteamericana. Porque la Clinton, que parece la más fuerte de los aspirantes a la nominación demócrata a la presidencia, dejó claro que solo busca un cambio de táctica, pero que se mantienen los mismos objetivos de hace medio siglo.

Como no podía ser de otra manera, Jeb Bush, quien también aspira a la candidatura pero por los republicanos, acusó a la Clinton de abandonar los principios de la democracia y de paso soltó sus ramalazos contra el presidente Barack Obama.

Por primera vez en esta contienda electoral, el tema Cuba irrumpió en la plataforma pública de los aspirantes.

 
Ahogando a Cuba

El bloqueo, ese lazo que aún aprieta duro el cuello de la nación, ronda la actualidad política norteamericana.

Es cierto que aún no es un asunto de discusión nacional, ni siquiera de interés para el electorado en general, pero hay atisbos de que puede colarse en la actual campaña por la presidencia.

Sin embargo, es en el Congreso donde más suena el tema, habida cuenta de que eliminar ese cerco es facultad únicamente de senadores y representantes, pues está codificado como una Ley desde 1996.

Allí, en El Capitolio, es donde se va a decidir el futuro de una hostilidad genocida, pero eso de seguro tiempo porque hay quienes no quieren ni siquiera probar otros métodos. Y que no le quepa duda a nadie, porque hasta la Clinton lo dijo sin tapujos, los objetivos hacia Cuba siguen invariables.