PANAMERICANOS- SI DE ANÉCDOTAS SE TRATA: Aquí está Miguelina

Juegos Panamericanos de Toronto 2015, los XVII. Comienzo a buscar en las listas de las posibles participantes a Miguelina Cobián… Me merezco que me digan soñador y hasta utópico. Está bien, acúsenme de iluso, aunque es más que sueño: la veo miembro de la selección nacional de atletismo. Está y nunca dejará de estar.

A todo le llega el final; pero cuando uno admira a alguien no acepta fácil ese adiós a los triunfos, en alguna medida, del admirador también. La nuestra nunca fue una relación seca deportista- periodista. Vibré más allá de las imágenes, las noticias, las cuartillas que le dedicaba, y situé lo más puro de mí en cada zancada suya. Se retiró; la siento activa, más allá de su labor actual como Gloria del Deporte.

DESDE AQUEL INICIO Y SIN FINAL

 Santiago de Cuba. Competencia en la rudimentaria pista. Cien metros planos. Miguelina corre… ¡descalza! ¡El disparo! Vence. Vendrán nuevos combates y nuevas victorias. Centroamericanos y del Caribe de Kingston1962. En la arrancada, las clasificadas para la final de la prueba reina. Miguela, desde el inicio, se adueña de la lid: oro con 12 flat para igualar la mejor marca de la especialidad en la justa.

 Cuatro años después, Puerto Rico, la odisea del Cerro Pelado: derrotada la barbarie yanqui que intentó impedir nuestra participación. La Cobián, campeona de los cien lisos con 11.7. En 200, plata, con 24.8, solo superada por la jamaiquina Una Morris (24.2).   Panamá 1970, su tercera corona del subcontinente al cronometrar11.4; la une al gran premio en los 200 con  23.5. Únicamente ella y otro cubano, Rafael Fortún, han logrado tres cetros, y consecutivos, en la prueba reina del certamen. En el cambio de batón, un título y dos segundos lugares.

Más alegrías: plata en los 100 (11.5) y los 200 (24) en la cita panamericana de Sao Paulo 1963; segunda y tercera en la más corta distancia y al correr la mitad del óvalo, respectivamente, en  Winnipeg 1967, con11.6 y  23.8; escalón de plata y de oro en el relevo.  Nuestra primera finalista olímpica en lo individual: quinta en los100 lisos (11.7) en Tokio 1964; medalla de plata en el relevo de México 1968 (43.3).

 
Supo de tristezas. No todo salió bien. Lesión. Intervención quirúrgica. Los años haciendo estragos. La despedida. Ya lo dije: no hay adiós. Aquí está Miguelina Cobián: en los nuevos galardones centroamericanos, del continente, mundiales, olímpicos…sin limitarse a su gran amor: el atletismo. Vuelve a estremecer, con tanto quehacer y tantas victorias del deporte cubano en la rama femenina y masculina, a pesar de los obstáculos propios de un planeta tan herido por el comercialismo y la indignidad, sin negar nuestras fallas.

Ahí está, ahí viene Miguelina Cobián. En cada novata o novato que entrena para hacer vida de las ilusiones. En la gran dicha de los Juegos Escolares. En la pista, el tabloncillo, el gimnasio…Que me acusen de soñador. La veo, la siento miembro de la selección nacional de atletismo, de la delegación cubana a Toronto 2015. La Saeta Oriental continúa conquistando victorias.