Turismo: de vuelta a la semilla

Turismo: de vuelta a la semilla
Fecha de publicación: 
25 Mayo 2015
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En su venidera edición 36, la capital del país se encontrará inmersa en avanzar en los preparativos de cara al medio milenio de la Villa de San Cristóbal, previsto para celebrarse en 2019.

El protagonismo de estas citas los ha compartido la más importante urbe local, con el balneario de Varadero y las cayerías al norte de las centrales provincias de Villa Clara y Ciego de Ávila, pero siempre la más relevante reunión de la industria nacional del ocio regresa a sus predios.

La vez anterior que estos dominios acogieron a los delegados a FITCUBA fue en 2011, cuando su reinado lo compartió con México, como nación invitada de honor, y el multidestino, como producto.

Sobran las razones para explicar tales retornos.

Devenida con el paso del tiempo en un enclave privilegiado para las comunicaciones y el comercio; hoy, el centro administrativo, político, económico  y científico del territorio caribeño, crece a los ojos del universo, testigo de cómo -a pesar de las restricciones que afronta la Isla por el bloqueo de EE.UU.  y  la crisis internacional- su imagen mejora para bien de sus pobladores y del turismo que la prefiere, aunque muchos resulten aún los temas pendientes.

Poseedora de un gran caudal de historia y tradición, La Habana  constituye el destino cultural por excelencia de la mayor de las Antillas.  Atesora a su vez otras múltiples ventajas en su condición de polo turístico: playas de calidad, una arquitectura colonial de genuina riqueza y numerosos sitios de recreo.

En ella se concentran  grandes hoteles, los cabarets más rutilantes y los más renombrados restaurantes.

Dueña de una planta habitacional de categoría, la región turística citadina recibe clientes por vía aérea, marítima y terrestre, en este caso procedentes de las restantes provincias, con énfasis de la Península de Hicacos,  distante apenas a 132 kilómetros. También su sector no estatal, en franca expansión,  sienta pautas.

Y no ha sido solo su afamado Centro Histórico,  el que se ha beneficiado con las inversiones para la salvaguarda de su patrimonio, sino que fuera de sus fronteras devienen asimismo ostensibles los esfuerzos para que en el panorama citadino se preserven sus bondades, en aras del disfrute de las presentes y futuras generaciones; así como de la ascendente cifra de viajeros de las más diversas latitudes que escogen a Cuba -y a La Habana, en particular-, como su opción ideal para las vacaciones.

Los frentes de trabajo son muchos, como son los casos de la reconstrucción de la Manzana de Gómez, donde se erigen una red comercial y un hospedaje de lujo de unas 300 habitaciones; el Paseo del Prado, al que le devuelven su belleza de antaño; el Capitolio Nacional, complejo empeño que una vez terminado albergará la sede del Parlamento; y el rescate de sus ruinas de lo que parece un sueño: el Teatro Martí (1884), que con su estilo neoclásico del siglo XlX ofrece ya una atractiva cartelera.

Mención aparte merece lo que está sucediendo en la Avenida del Puerto, cuyas obras, al decir de algunos, parecen cosas de otro mundo. Iniciativas creadoras van dotando a esa fundamental arteria de una vida nueva, donde todo un conjunto de intervenciones conllevan una función social, recreativa y para el ocio.

No en balde, esta localidad se incluyó entre las 25 más fotografiadas del planeta. Concretamente, la capital cubana ocupó el puesto número 21 del ranking hecho público por Shigstmap.   

También -y más reciente- trascendió su inclusión, junto a otras seis urbes,  como una de las  siete ciudades maravillas del mundo moderno.

Cuba está conectada con más de medio centenar ciudades del orbe  y mantiene en funcionamiento 10 aeropuertos internacionales, de éstos el más importante y moderno es el de La Habana; mientras la conexión por mar se establece gracias a 10 marinas, entre éstas las capitalinas Tarará y Marina Hemingway.   

Más del 50 por ciento de los turistas arriban a la nación por la bien llamada puerta de Cuba al mundo; y ahí mismo, desde el impacto visual primario, sumada la idiosincrasia del cubano, comienza a gestarse entonces el ajiaco de sentimientos que la capital de la Isla despierta en sus visitantes, esos mismos que, sin haberse puesto de acuerdo previamente, a su regreso a sus países de origen empiezan a promover el destino entre amigos y familiares.

Descrita en síntesis, es esta y no otra la que será entonces la anfitriona de la XXXVI Feria Internacional de Turismo, FitCuba 2016,  dedicada a su vez a la promoción del producto cultural y al mercado de Canadá, responsable en los últimos años de flujos millonarios.

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