MIRAR(NOS): Guilty pleasure. Tatuajes en el alma

MIRAR(NOS): Guilty pleasure. Tatuajes en el alma
Fecha de publicación: 
22 Mayo 2015
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Nunca podrás escapar de tu corazón,
así que es mejor que escuches lo que tiene que decirte…
Paulo Coelho

 

Hay gente que, de muchas maneras, nos marca. Dejan una huella tan profunda que NO somos absolutamente conscientes de los efectos secundarios de ese tipo específico de tatuaje. Y para muestra un botón, cuando damos por sentado que enterramos los recuerdos a lo lejos escuchamos una melodía, vemos aquella película, pasamos por aquel lugar y las lágrimas regresan, sin motivo aparente a ojos del mundo.

 

Mucho antes de que yo hablara con desenfado de sexualidad, muchísimo tiempo antes de que soñara con esta mariposa… yo había leído, acaso sin prestarle la debida atención, que cada trazo (línea) en un tatuaje equivale a más de cien pinchazos por minuto.

 

Experiencias personales de las cuales no haré demasiada referencia, me hacen afirmar que los dolores del alma son peores… jamás te salvas cuando quieres salvarte y, créanme, no hay antibióticos para curar infecciones amorosas ni antistamínicos para evitar congestiones sentimentales.

 

Lo que está escrito no se puede cambiar, no me canso de decirlo. Lo previsto para tu vida, ya ha sido preestablecido por mucho que te esfuerces será como tenga que ser… aunque parezca que me he vuelto pesimista. En materia de relaciones, el asunto es de todos el más complejo. Es una mentira que lo único que podemos escoger es con quien quedarnos, si el destino existe (y creo que si) hasta esto es una trampa del “libre albedrío”.

 

Probablemente me entenderás mejor, si te cuento la leyenda del hilo rojo. Parte de una creencia japonesa. Establece que las personas destinadas a conocerse se encuentran unidas por un hilo rojo atado al dedo meñique.

 

Como todas las historias, su basamento real, se vincula al hecho de que la arteria ulnar conecta el corazón con el dedo meñique. Al estar unidos por esa arteria se comenzó a decir que los hilos rojos del destino unían los meñiques con los corazones; es decir, simbolizaban el interés compartido y la unión de los sentimientos.

 

Los escritores siempre saben algo de la vida. Puesto que ya no están alejados del mundo real, en aquellas torres del Medioevo, algo de verdad tendrán que decir. En cada obra, de hecho, es posible que encontremos unas cuantas verdades. El brasileño Paulo Coelho dijo que a lo largo de nuestras vidas tenemos dos grandes amores. Uno con el que te casas o vives siempre; es la persona con la que consigues una compenetración fuera de este mundo, tan genial como para estar el resto de tu vida junto a ese ser. Con esa persona cabe perfecto el término otra mitad.

 

Pero… porque la vida nos pone a vivir como le da la gana, hay también un segundo amor: una persona que perderás para siempre. Y cito: Alguien con quien naciste conectado, tan conectado que las fuerzas de la química escapan a la razón y les impedirán alcanzar un final feliz. Hasta que cierto día dejarán de intentarlo… Se rendirán y buscarán a esa otra persona que acabarán encontrando (la otra mitad). Pero les aseguro que no pasará una sola noche, sin necesitar otro beso, o tan siquiera discutir una vez más…

 

Ahora sonríes, mientras leías, ha venido a tu cabeza el nombre de esa segunda persona: tu guilty pleasure. Es posible que en este momento ya te hayas librado de ese dulce tormento, pero no pasa un día en que no desees simplemente escuchar su voz, como una retórica necesaria para continuar respirando.

 

Y también dijo Coelho: a veces, se desprende más energía discutiendo con alguien a quien amas, que haciendo el amor con alguien a quien aprecias.

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