Campamento de la NBA en Cuba: Aires de encestes y acercamiento

Campamento de la NBA en Cuba: Aires de encestes y acercamiento
Fecha de publicación: 
24 Abril 2015
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Fotos: Ricardo López Hevia

Hoy en la mañana las sesiones con las muchachas cobraron una energía cósmica.

Y no se trata de lanzar voladores, o sí, pues desde 1989, fecha en la cual la NBA y la FIBA normalizaron sus relaciones, se han desarrollado una decena de Campamentos como parte del proyecto NBA sin fronteras, y en ninguno de ellos se había tenido en cuenta a jugadores cubanos.

Siempre hay un comienzo. El brillo en los ojos de Jasiel, Jústiz y el resto de los jugadores de casa cobró niveles inusitados con la oportunidad de intercambiar, tutearse y marcar a Steve Nash, Dikembe Mutombo (embajador global de la NBA), y Ticha Penicheiro. Suceso histórico, máxime cuando se conoció que dos basquetbolistas de la Mayor de las Antillas incursionarán en septiembre en un Campamento que acogerá a jugadores de todo el continente. Los agraciados se conocerán el domingo, al término de la clínica impartida por la comitiva estadounidense.

Sí, porque únicamente no se trata de los tres otrora fenómenos del deporte ráfaga. 

Además de ellos, se encuentran en La Habana Alberto Andrés García, director general de FIBA Américas; los entrenadores Quin Snyder (Utah Jazz), James Borrego (Orlando Magic) y Anthony Goenaga (asistente del Jazz); Tommy Sheppard, vicepresidente de la franquicia de los Wizards de Washington; y Geraldo Fontana, árbitro FIBA de las Américas, entre otros.

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¿La intención? Establecer un puente de conocimientos entre el mejor baloncesto del planeta, una sólida cultura de intercambio para una disciplina que en la actualidad se practica en más de 200 países, y específicamente potenciar el desarrollo en nuestro país a través del intercambio de experiencias desde las categorías tempranas.

Baste adicionar que 60 niños entre 9 y 13 años, 20 atletas de las preselecciones nacionales y juveniles, 70 entrenadores, los 15 comisionados provinciales, así como árbitros y personal médico vinculado al deporte ráfaga, podrán nutrirse y aportar en este suceso histórico.

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Histórico, porque puede que los futbolistas del Cosmos neoyorquino desembarquen dentro de poco en el Pedro Marrero, pero desde la presencia de los Orioles de Baltimore en el Latinoamericano en 1999, la NBA se convirtió así en la primera liga profesional norteña en arribar a Cuba después del 17 de diciembre del 2014, fecha en que ambas naciones decidieron iniciar el proceso de restablecimiento en las relaciones diplomáticas.

La estancia de los protagonistas de la clínica de la NBA y FIBA comprende, además, donativos de implementos y materiales destinados al remozamiento de las canchas de la Ciudad Deportiva y la de 23 y B, en el barrio del Vedado, perteneciente al municipio capitalino de Plaza de la Revolución.

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Visiones de tres leyendas

Mutombo, Nash y Penicheiro son leyendas indiscutibles en el mundo de los encestes:

Mutombo, de origen congolés, con sus 2.18 metros fue considerado una de las bestias negras de la zona pintada en la década de los 90 del pasado siglo: exaltado este año al Salón de la Fama, cuatro veces seleccionado el Jugador Defensivo del Año, ocho veces nominado al Juego de las Estrellas, tres veces puntero en bloqueos y otras dos en rebotes, hazañas materializadas con el Denver Nuggets y los Atlanta Hawks.

Muchos recordarán su secuencia de seis tapones en una acción, millones de veces divulgada como joya de cerrojo en la botella.

Nash (canadiense de 1.91 metros), si bien no atesora ningún anillo de campeón, comenzó a tejer su estela de asistencias mágicas, desarticulación de defensas rivales y encestes, en 1996, cuando fue drafteado por los Phoenix Suns. Merecedor de la condición de Más Valioso en el Preolímpico FIBA Américas 2003, en las temporadas 2005 y 2006 de la NBA; Todos Estrellas en ocho ocasiones y ganador de la competencia de habilidades en 2005 y 2010, Nash es un mito para los armadores y escoltas de cualquier latitud.

Cierra el tridente de brillo la portuguesa Penicheiro (1.80), titular de la WNBA con las Sacramento Monarchs en 2005, cuatro veces integrante del Todos Estrellas, y en siete clásicos líder asistidora del certamen femenino estadounidense, una defensa todo terreno.

«Estamos muy deseosos de aprovechar esta gran oportunidad y ver por nosotros mismos cómo se juega nuestro deporte en Cuba. El básquet tiene ese poder de hermanar gente de diferentes partes del mundo. Queremos compartir con los jóvenes las emociones que uno experimenta en la cancha en esos juegos en los que vamos a participar.

«Para alguien como yo que ha jugado durante más de 18 años en seis franquicias, esta va a ser una oportunidad excelente de contribuir a la evolución del baloncesto cubano, a adquirir una verdadera cultura con el aporte de nuestra visión y fundamentos técnicos, pero también nos dará la posibilidad de convertirnos en aliados cercanos.

«Tengo la convicción de que en los próximos años se equilibrarán las oportunidades a medida de que los jugadores cubanos entren en contacto con otras ligas. La esencia está en la actitud a la hora de acercarse a este deporte y el tiempo de estudio que se le dedique, más allá de la talla o cualquier otra limitación. En lo personal, dedicaba muchas horas a radiografiar a los oponentes, virtudes, puntos débiles. Si no empleaba bien ese tiempo, salía a la cancha, no me encontraba y consideraba ese tiempo de juego perdido», expresó Mutombo.

«Hace algún tiempo no veo a la selección cubana de baloncesto jugar, pero siempre se han caracterizado por su velocidad y condición física. Soy del criterio de que cada jugador debe esforzarse mucho por suplir sus debilidades: maniobrabilidad, técnica de tiro, visión de la cancha para pasar. Eso, sumado a la capacidad para explotar esa velocidad con inteligencia, de seguro les traerá buenos dividendos.

«Un ejemplo sencillo: en las últimas dos temporadas jugadores canadienses han estado entre los dos primeros elegidos por conjuntos de la NBA, actualmente los Toronto Raptors están inmersos en la postemporada, y 12 atletas menores de 24 de nuestro país aparecen en las plantillas de diferentes selecciones. Eso potencia, además, el roce y la motivación de superarse y aprehender en todas las categorías», aseguró Nash al ser interpelado.

Penicheiro ponderó las virtudes del baloncesto femenino cubano, pese a no haberse enfrentado nunca a las nuestras en eventos oficiales de la FIBA: «Con Yamilet Martínez compartí selección en el Spartak de Moscú entre 2005-2007, era una centro muy fuerte, difícil de gardear. Siempre sus elencos han tenido potencial y estamos aquí para ayudarlas a continuar elevando el nivel».

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