USA: Curiosos indigentes entre riquezas

Sucedió este miércoles durante un concierto donde actuó la cantante y compositora Gwen Stefani.

Bajo el titulo “Hijos de la pobreza” lo describió un periodista del Nuevo Herald, Daniel Morcate.

Recordó que una de las consecuencias de la crisis económica iniciada allí en 2008 ha sido postergar el alivio a la  pobreza extrema y la desigualdad de oportunidades.

Otro efecto, dijo también, ha sido comprobar que para muchos estadounidenses no mejora la asistencia médica pública ni privada.

Según Daniel Morcate, aún cuando Washington gasta en este frente más que otros países desarrollados, “no propicia la misma calidad de cuidado médico”.

Además hizo notar que en Estados Unidos carecen de una red adecuada de amparo social, así como que, y por esto, sufren otras dificultades.

Lo acaba de corroborar el Urban Institute al revelar que el 30 por ciento de sus jóvenes entre 16 y 18 años no se han graduado de Secundaria ni asisten a clases.

¿Motivo? Tres de cada cuatro nacieron en Estados Unidos y trabajan para ayudar a sus familias pobres y en su mayoría hispanas.

De los miles ausentes de las  aulas solo el 17 por ciento pertenece a núcleos familiares con asistencia social.

Menos del 23 por ciento a familias que reciben cupones de alimentos y casi el setenta por ciento radica en hogares que están por debajo o en el límite del nivel de pobreza.

En aras de aliviar esa odisea es que tantos de sus adolescentes renuncian a los estudios y tratan de buscar una ocupación.

¿Por ejemplo? En trabajos primitivos y mal pagados sin los cuales se disgregarían  sus familias.

Vaticinios académicos señalan que la mayor parte de ellos nunca terminará los estudios secundarios y por lo tanto limitarán sus posibilidades laborales.

Asimismo, comparado a otras naciones desarrolladas, Estados Unidos invierte poco en defender a sus millones de pobres.

Daniel Morcate explica en el Herald, “se lo debemos a la ética puritana”, que da prioridad a la voluntad individual y mira con recelo toda dependencia del Estado.

Quizás por esa razón los esfuerzos allí para independizar a los ciudadanos de todo lo gubernamental sean más intensos que para cuidar a los endebles.

¿Qué resta entonces para programas destinados a su gente humilde, tipo Welfare, Medicaid y sellos alimenticios?

Presupuestos magullados y cifras sometidas a constantes vaivenes siempre en contra de los menesterosos.

 
Muy distinto a cuando se trata de gastos militares, de espionaje o destinados a la subversión en variados frentes.

Así se desmorona con discreción, milímetro a milímetro, una todavía gran potencia sostenida por pies no precisamente de acero.

El concierto este miércoles de la cantante Gwen Stefani en Washington, contra la pobreza extrema en Estados Unidos, así lo demuestra.