El amor que hace milagros y la “íntima” poesía de Tony Guerrero

El amor que hace milagros y la “íntima” poesía de Tony Guerrero
Fecha de publicación: 
20 Febrero 2015
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También hemos dejado atrás a San Valentín y su día reinventado para vender de todo mientras se celebra lo “incomprable”, lo imposible de retener en solo 24 horas.

El amor, ese que Tony, un hombre, un poeta, un cubano, un tipo enamorado, asumió responsable de lo que sintió un “milagro como la luz”: “el amor”, afirmó aquella tarde, “es la razón que nos trajo aquí de regreso, yo diría que es la razón de la vida…”Y  lo decía, claro, en referencia al tema poético que inspiró a los cinco desde la cárcel solitaria, a la solidaridad que los acompañó todo el tiempo, a la muchacha del dibujo en portada, una muchacha que “puede ser cualquier muchacha, para los que lo disfruten, para mí es una, la mía…”

De hecho, es  justamente el amor la constante que vuelve imperecedera esta historia, desde el modo en que comenzó, según contó Tony, a nacer la poesía:

“Nosotros nunca escribimos poemas con ningún tipo de pretensión, empezamos a hacerlo cuando nos encerraron. A los pocos días de que nos arrestan, por algún misterio que nunca voy a poder explicar, me dio por escribir poemas, por hacer versos, pero nunca pretendimos que aquello fuera para un libro, mucho menos para algo que se fuera a convertir en una canción, estaba lejos de nuestra imaginación, de lo que podíamos pensar, sencillamente había que tratar de vencer el tiempo ese y la poesía llegó y nos sirvió a los Cinco, porque tampoco escribimos poesía para cada uno resolver su tiempo, nosotros la compartíamos, hicimos hasta concursos de poesía entre los Cinco para un poco salir de aquel lugar, para expresar también la sensibilidad humana, lo que éramos nosotros en sí.”

Resulta que en medio de una de las peores etapas, en la que los encierros eran habituales y prolongados, comenzaron a surgir las indefinidas confesiones que, supuestamente, nunca íbamos a leer:

“Yo estaba en una prisión donde eran frecuentes los encierros largos, las 24 horas en la celda y podían durar un mes, hubo una vez que duró nueve meses y cada vez que tenía un encierro de estos, por alguna razón, venía la poesía a visitarme. Ya en 2008 es una época en que nosotros tenemos una cierta comunicación más fluida con familiares y amigos de todo el mundo y por alguna vía Miguel me envía un libro de sus poemas, me pongo a leer sus poemas y a veces me sucedía que terminaba de leer un libro o un poema y al rato estaba en la cama y venía algo… no sé si a los que son poetas de verdad,  les sucede eso, que cuando leen la poesía de otros las musas empiezan a flotar y a llegarles y fue en esas circunstancias en que yo escribo la mayoría de estos poemas.”

“En aquel encierro yo hago esta historia, pero la guardo y a la única persona que se la mando es a Miguel y le digo en una carta que la guarde, que no es para que se publique, pero en el 2011 cambio de idea, porque Ibrahim había hecho un disco con poemas míos, yo los había oído en La luz y él me pide otros que sean inéditos. Lo único que yo tenía en la mano que era inédito y que correspondía con lo que él quería eran estos poemas, todo lo demás ya yo se lo había enviado a mi mamá, ella con  mi hermana se lo habían dado a todo el mundo y entonces con mucho respeto le envío estos poemas sin pretensión alguna, él hizo lo suyo y yo me enteré de nuevo en La luz de que Bis Music quería hacer un disco, entonces pensé: ahora sí me busqué un lío yo con esos poemas que quería tener tan reservaditos, pero dije, bueno, qué es lo que falta, lo que faltaba era ponerle canciones, llamé a Vicente, él a Augusto…”

Y ahí se comenzó a tejer otra red de amor y amistad en la que estaban ya involucrados Ibrahim Friol, Marianela Grau, el programa radial La luz en lo oscuro, el sello discográfico Bis Music, Maria Eugenia Guerrero, Vicente Feliú, Augusto Blanca y se sumaron Pepe Ordaz, Emilio Vega, Raúl Verdecia, el propio sobrino de Tony, en cuyos estudios se grabó el disco y muchas otras personas enamoradas de la obra artística y de la causa humanísima que fue traer a los Cinco de vuelta.

De entonces ahora cambiaron las fechas, se trabajó y se soñó mucho, de libro a disco, de disco a clip, de ahí a making y luego a documental fue creciendo Indefinidas confesiones, la producción quiso ser un regalo de cumpleaños para Tony en octubre, pero lo que nadie podía saber era que cierta tarde de febrero, en el más concurrido de los sitios capitalinos por estos días, sería Tony personalmente quien nos haría dos regalos y una exhortación: regalo # 1: la obra; regalo #2: la posibilidad de ser aquella muchacha dibujada por él… la exhortación: “que con este mismo amor sigamos construyendo una Cuba mejor…”

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