Basura

Cojímar, lunes 29 de junio de 2015, 9:00 a.m. Hace más de una semana que no pasa ni un solo carro de recogida de basura. Casi todos los contenedores del pueblo están repletos de desperdicios. Pareciera que la Empresa de Comunales (o la empresa encargada) hubiera olvidado sus responsabilidades.

No es primera vez que pasa. Hace meses, para no ir tan lejos, hubo una temporada en que pasaron 15 días sin que apareciera un recogedor. Otra vez se desbordaron los envases, la gente tuvo que improvisar basureros alrededor de los tanques. El hedor y las moscas entraban en las casas de los vecindarios.

Todo parece indicar que ahora podemos romper el récord. Hay latones tan llenos, que han terminado por romperse. Y estamos hablando de puntos de recogida ubicados en calles principales. Los emplazados en las vías secundarias están mucho peor. En algunos —aseguran los vecinos— no han recogido la basura 21 días.

No parecen exagerar. En una de las calles el basurero ocupa casi media cuadra, apenas deja espacio para el tráfico.

"La gente ya no tiene donde botar la basura. Esto ya es demasiado —comenta Esnaida, una jubilada de la zona—, y uno no sabe a quién virarse. Dice la doctora de la familia que la situación ya es grave, que tanta suciedad puede causar enfermedades. Pero a nadie allá arriba le importa".

¿Lo sabe el delegado de la circunscripción?

"Claro que lo sabe, si lo sufre tanto como los demás. Lo ha planteado en numerosas ocasiones, pero es por gusto. Si él tuviera los recursos, eso se hubiera resuelto. ¿Pero dónde va a meter él tanta basura?"

¿Se han comunicado con la Empresa Municipal de Servicios Comunales?

"He llamado infinidad de veces —afirma otra vecina—, casi nunca logro que levanten el teléfono. Y las pocas veces que lo han hecho, me han dicho que están tratando de resolver la situación, que tienen serios problemas con las piezas de repuesto para los carros".

Averiguo el teléfono de la empresa. Tengo que pedirlo en el Servicio de Información de Etecsa, porque en las Páginas Amarillas no aparece. 762 0661 es el número que me dan. En el transcurso de la jornada laboral llamo ocho veces. No logro comunicar ni una sola.

"¿Se da cuenta, periodista? Estamos desesperados. ¿Qué podemos hacer? ¿Para qué asistimos a la Rendición de Cuentas del Poder Popular, si no podemos resolver un problema tan urgente de nuestra comunidad? Y este es solo uno, mejor ni hablemos del problema con las redes hidráulicas, ni con las aguas albañales.

“Nos vamos a enfermar todos. Cada vez que veo un mensaje en la televisión sobre la limpieza de las comunidades, sobre el cuidado de los contenedores de basura y la lucha contra los mosquitos… me molesto muchísimo. ¿Cómo voy a cuidar la limpieza, si no hay manera de mantenerla? ¿Con qué moral voy a regañar a alguien que bota la basura fuera del tanque, si al tanque no le cabe ni una bolsa de basura más?

"Por favor, diga esto en la prensa, a ver si nos hacen más caso".

Lo estoy diciendo ahora, pero sin poder ofrecer garantías de resolución. No es primera vez que estos problemas son reflejados en la prensa nacional. En este mismo sitio, no hace mucho, se publicó un comentario sobre el tema. En el periódico Trabajadores salió una foto de un contenedor repleto de este barrio. Y hace algunos meses, otra foto de la playa de Cojímar, que según algunos investigadores, fue la playa del famoso poema de Martí Los zapaticos de rosa, y ahora es un gran basurero.

Nadie se inmutó. La basura sigue en el mismo lugar. Está visto: En Cuba, los funcionarios, las empresas públicas, los cuadros de dirección, no tienen la obligación de responder las denuncias de la prensa. A pesar de las exhortaciones de los altos cargos del país.

A sus electores, a la población, sí tienen que responderles, está establecido por la ley. Pero las respuestas, en muchos casos, son sencillamente evasivas. O soluciones parciales. O el silencio por respuesta.

Ojalá todo esto fuera un problema local, ojalá que solo fuera en Cojímar. Pero recorriendo muchos de los barrios de la capital, pudiéramos hacer fotos como estas, incluso, mucho más dramáticas que estas.

Está claro que es una ciudad muy grande, está claro que la gente muchas veces no respeta todas las normas de higiene… pero resulta complicado exigirle a la gente lo que las mismas instituciones no consiguen cumplir.

Otras ciudades de Cuba muestran un panorama completamente distinto. Las empresas locales de servicios comunales garantizan efectivamente la recogida y tratamiento de la basura. En muchos pueblos, ante la carencia de medios de transporte de motor, las rondas las hacen carros de tracción animal.

¿Alguna instancia del gobierno capitalino responderá ante estas fotografías? ¿Los vecinos tendrán que seguir llamando a un teléfono que nadie responde? En la gestión de no pocos gobiernos locales quedan demasiadas lagunas.