Marco Rubio: Tradicional enemigo de Cuba

Marco Rubio: Tradicional enemigo de Cuba
Fecha de publicación: 
30 Enero 2015
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Lo informó este jueves en la capital estadounidense un despacho cablegráfico de la agencia noticiosa española EFE.

Esta comentó que el senador republicano de la Florida “es uno de los principales críticos de la nueva política de Estados Unidos hacia la isla”.

Agregó que este miércoles lo designaron presidente del subcomité para asuntos de la Democracia, Derechos Humanos y de la Mujer, entre otros.

Fustiga el no haber priorizado sus relaciones en la zona y achacó a eso  lo que denominó “el envalentonamiento de los tiranos”.

También, -agregó- que “competidores globales” profundicen su influencia en el continente”.

A renglón seguido admitió que Estados Unidos no ha respondido ante la proliferación de la delincuencia organizada en las Américas.

Caracterizando de nuevo a Marco Rubio, EFE dijo que se trata del “gran escéptico” sobre el proceso de acercamiento cubano-estadounidense.

La agencia noticiosa apuntó que ya el senador advirtió que trabajará  por defender los derechos humanos en los países americanos, “especialmente en Venezuela y Cuba”.

Además recordó que la primera delegación de Washington viajó a La Habana días atrás y que la próxima ronda “de contacto” será en la capital estadounidense.

Pero, ¿quién es el legislador republicano que encabezará el primer debate de su Congreso respecto al tema Cuba?.
Un solo ejemplo, entre numerosos, sirve para ofrecer una muestra elocuente.

¿Cuándo han tenido lugar algunos de sus más ardientes ataques contra Cuba, Venezuela y otros países independientes y soberanos de América Latina?

En momentos que, como sabe la opinión pública internacional, en el segundo semestre de 2014 el régimen de Israel ejecutaba otra  una de sus masacres contra los habitantes de la diminuta y frágil Gaza.

Más de 1500 palestinos muertos, miles de heridos, una gran multitud de refugiados y de familias que huyeron luego de perder sus bienes.

La alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navy Pillay, declaró entonces que Estados Unidos proveía a  Israel con artillería pesada para usarla en Gaza.

Pero también, subrayó, ha gastado casi mil millones de dólares con destino a la protección de los civiles israelíes contra los cohetes.

Durante una rueda de prensa la funcionaria de Naciones Unidas recordó que los civiles palestinos carecen de ese amparo.

Una tragedia sintetiza a muchas en Gaza. Ocurrió en la primera semana de agosto del 2014.

Metralla israelí destrozó a una de las escuelas  que la ONU auspicia en ese territorio árabe.

El plantel, narró un cable de la Associated Press (AP), se encontraba “atestado con cientos de palestinos que buscaban refugiarse”.

La agencia, no de Rusia, sino de Estados Unidos, agregó que el ataque israelí “dejó un panorama de almohadas, sabanas y ropas de niño salpicadas de sangre”.

Un frío comunicado del ejército de Tel Aviv se limitó a decir que esa escuela, donde murieron al menos 19 civiles, “no era de ninguna manera un blanco”.

El hecho provocó tal escándalo, que hasta un vocero del gobierno de Estados Unidos se vio forzado a desaprobarlo.

Lo hizo a través de su portavoz,  Josh Earnest, quien reprochó  el bombardeo a ese plantel de Naciones Unidas en Gaza.

De cara a tal realidad, y sobre todo ahora, vale indagar, ¿hubo algún pronunciamiento del senador Marco Rubio en cuanto a esa barbaridad?

Guardó silencio, igual que cuando Argentina, con el total apoyo de América Latina, ha exigido sus legítimos derechos sobre las Islas Malvinas que ocupa militarmente Gran Bretaña.

Abrió sus puertas el año 2015 y todavía el senador floridano Marco Rubio, tan rigurosamente severo con Cuba y otros, no ha rectificado su comportamiento.

Meses atrás, The Washington Post lo calificó de mentiroso al descubrir la patraña que montó sobre sus padres “fugitivos del castrismo” en la isla.

Lo verdadero, como demostró la investigación del periódico, sus progenitores abandonaron Cuba en 1956, evadiendo la honda pobreza que entonces prevalecía.

O sea, algo más de dos años antes del triunfo de la Revolución que barrió con la tiranía de Fulgencio Batista y de la llegada de Fidel Castro a La Habana.

Hasta que el Post lo desenmascaró, Marco Rubio utilizó en Miami esa falsa versión para sacarle dividendos políticos a su favor.

He ahí la figura que legisladores republicanos impusieron para presidir en el Congreso la primera audiencia sobre el acercamiento entre Cuba y Estados Unidos.

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