Político del Tea Party recibe regaño por pedir compasión para niños migrantes

Político del Tea Party recibe regaño por pedir compasión para niños migrantes
Fecha de publicación: 
26 Julio 2014
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Simpson es un conservador del Tea Party de la pequeña ciudad de Longview, en el noreste de Texas, y en una reunión con sus simpatizantes fue severamente criticado por pedir un trato compasivo a los miles de niños centroamericanos que han cruzado en calidad de indocumentados la frontera texana con México.

 

De acuerdo al relato del periódico local ‘News Journal’ de Longview, Simpson explicó ante unas 160 personas que muchos niños centroamericanos escapan del abuso, la extrema pobreza y la esclavitud en sus países y esa es una de las causas que ha impulsado su éxodo hacia Estados Unidos. Simpson pidió ante su audiencia un trato compasivo hacia esos menores al tiempo que se aplique un control más severo en la frontera, pero eso no pareció agradar a quienes lo escucharon.

 

Entonces, según el ‘News Journal’, los presentes comenzaron a reprocharle airadamente al representante su defensa de los niños centroamericanos, diciendo que el político debería poner “a sus representados primero cuando se hable de las personas afectadas”, afirmando que, para Simpson, los problemas de los habitantes de Longview, una población de unos 81,000 habitantes con un ingreso per capita de $156,768, deben tener prioridad frente a la crisis de los menores centroamericanos.

 

Además, voces se levantaron diciéndole al representante que él estaba para representarlos a ellos que tienen niños, mientras que los menores inmigrantes “vienen con lepra, tuberculosis, polio”. Otros incluso clamaron que los niños indocumentados tienen infestaciones en la piel, influenza y neumonía viral y que van a convertirse en parte de su sistema de escuelas, de lo que se desprende que temen que esos males se extiendan a los niños locales en esa eventualidad.

 

Según las autoridades los casos de enfermedades mayores entre los menores detenidos han sido mínimos, si bien sí han sido tratados por padecimientos menores. Por otro lado, la posibilidad de que los menores se sumen a escuelas en Longview, o en otras partes de Estados Unidos, es aún una especulación y, en todo caso, resulta ilógico suponer que serían admitidos a clases mientras sufren los padecimientos mencionados.

 

Otro lúcido análisis incluso llegó a afirmar que la llegada de esos niños está transformando el estado en demócrata, un cálculo de balance político electoral sin duda misterioso.

 

Simpson, a fin de cuentas un republicano conservador, añadió que no apoya una amnistía de inmigración pero que no cree “en tratar a personas que cruzan la frontera como a asesinos” y que considera que debería haber para ellos “un camino legal para la naturalización y la ciudadanía”.

 

Eso al parecer fue demasiado para muchos de los presentes, que le criticaron que necesitan fronteras seguras y muchas otras cosas pero no más personas cruzando, pues esos inmigrantes “no vienen con un buen corazón cristiano. La mayoría de ellos son criminales”.

 

Al final del relato del ‘News Journal’ Simpson acabó responsabilizando de todo a Washington, a la política de Acción Diferida que beneficia a ciertos jóvenes estudiantes traídos al país siendo niños y desde luego al gobierno de Barack Obama por su manejo del tema de la inmigración.

 

La imagen que queda de todo es de pura catarsis, pero poca sustancia y mucha confusión.

 

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