Camagüey sale de la Oficina del Historiador

Camagüey sale de la Oficina del Historiador
Fecha de publicación: 
22 Julio 2014
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Las oficinas de patrimonio tienen el deber de llevar el sólido espíritu del tiempo y los valores culturales hasta los principales espacios de socialización. De ahí los eventos que se organizan a lo largo de todo el país tras los pasos de una conservación íntegra del patrimonio arquitectónico e inmaterial.

Las ciudades que están celebrando por estos días los 500 años de su fundación tienen un plan de acciones sobre la remembranza de las huellas que aún persisten en su territorio. La posibilidad de mantener una persistencia temporal sobre la pureza de las formas es uno de los valores que mantiene la frescura de los secretos encontrados con la investigación de las direcciones de patrimonio en las diferentes provincias.

Camagüey, como ciudad en la cercanía de su pasado cumpleaños 500, convoca a un salón bajo la tutoría de la Oficina del Historiador de la Ciudad. En los predios de su celebración quisiera realizar una observación sobre la pertinencia de un evento que surge en los márgenes del pasado, pero intentando llegar a la actualización necesaria para existir en el arte contemporáneo.

El evento Arquiarte, realizado en el mes de julio, tuvo la participación de varios artistas que se unieron con la intención de renovar la relación entre artes plásticas y arquitectura. Tomando como inspiración la ciudad se pudo observar las diferentes variantes que pueden ser asimiladas desde las múltiples soluciones que imbrican a uno y otro lenguaje.

La pieza ganadora: Reposo, del orfebre Pável López representaba la soltura de una vocación por el trabajo del metal y la arquitectura, sobre la base de alusiones al art nouveau y algunas lecturas plásticas a cuadros como La siesta. Con la premiación de esta obra se marcaba el interés del salón en mantener una filiación con las aplicaciones que se desprenden de los trabajos artesanales y de work in progress de los arquitectos para realizar obras independientes con valores sutiles en las escalas de la representación y la historia.

Hubo otras actividades en el marco del salón como la exposición colectiva Untouchable places. De ella importante sería la propia presentación del proyecto fuera del marco de su existencia material, pues la muestra se concibió para presentarse a partir de proyecciones de las obras originales y de los videoartes que estaban en la museografía de dos exposiciones dentro de la presentada en Camaguey.     

Las posibilidades de insertar la unión de los intereses de varias instituciones en la política de uno son perfectamente loables. Por esas razones la tercera edición del Salón de Artes Visuales Arquiarte tuvo una razón de peso para realizarse y un futuro más fuerte por el que luchar.    
             

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