Las causas ganadas de León Ferrari

Las causas ganadas de León Ferrari
Fecha de publicación: 
24 Julio 2014
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Este Argentino visitó Cuba  por primera vez hace décadas, un hombre atravesado por el dolor personal y colectivo de la dictadura, de la injusticia, pero jamás del miedo. Irreverente, censurado, transgresor de todo, hasta del propio arte, León Ferrari se hizo amigo de esta isla atrevida, que fue la guardería de los hijos de sus hermanos, refugio y templo  de quienes se rebelan contra las opresiones.

León FerrariAhora regresa con la misma satírica palabra de siempre, con las imágenes desafiantes que, gracias a la vida eterna de la creación, no nos abandonan y acá lo recibimos con el abrazo que merece. El Centro de Arte contemporáneo Wilfredo Lam tiene en esta oportunidad la suerte de anfitrión.

“Para nosotros es una ocasión muy especial recibir una exposición de León Ferrari, gran amigo de Cuba, inicialmente trabajó con la Casa de las Américas, participó en varias ediciones de las bienales de La Habana, en 2009 con motivo de la X Bienal se le hizo un homenaje y ahora regresa Ferrari a Cuba que ha sido uno de los países más cercanos afectivamente también a su obra”, expresó Jorge Fernández director del Centro.

Múltiples infinitos es el título de la muestra que se asume desde la propia inconformidad del artista con ese concepto muchas veces excluyente impuesto por el mercado sobre “la obra única”, incapaz de cubrir las expectativas de quien afirmó:

“Ignoro el valor formal de estas piezas. Lo único que le pido al arte es que me ayude a decir lo que pienso con la mayor claridad posible, a inventar los signos plásticos y críticos que me permitan con la mayor eficiencia condenar la barbarie de Occidente; es posible que alguien me demuestre que esto no es arte; no tendría ningún problema, no cambiaría de camino, me limitaría a cambiarle de nombre; tacharía arte y lo llamaría política, crítica corrosiva, cualquier cosa.”

Para León Ferrari la vida del artista y el arte mismo no tenían sentido si no se comprometían con la realidad que los circunda. Nacido en 1920 padeció los horrores de la dictadura militar que desgarró a varias generaciones de argentinos y no quedó al margen, como un observador acrítico, sino que encontró en el arte los códigos para enfrentar esa y todas las opresiones, no fue un  “aldeano vanidoso”, para él el mundo era el mundo, íntegro, con toda su humanidad, por eso  le preocupó a Ferrari desde la suerte del geográficamente lejano Vietnam, hasta el fundamentalismo y la hipocresía de la iglesia.

De este modo nos lo presenta el video, que acompaña la muestra, realizado por el propio curador, Andrés Duprat quien pudo acceder a filmaciones originales de los procesos de realización y montaje a los archivos personales del artista y nos ofrece la oportunidad de  revivir obras capitales como Civilización, donde un Cristo sobre un bombardero yanqui en tajante protesta contra la guerra imperialista en Vietnam.

En los Múltiples Infinitos que permanecen por estos días en el Lam, encontramos a ese Ferrari absolutamente desprejuiciado, profundamente contestatario y definitivamente despreocupado de las leyes especulativas de la crítica y el mercado del arte. Cada una de las siete series que conforman la muestra nos propone, nos inquieta, nos  provoca el pensamiento y la sensibilidad que, si van juntos, son impredeciblemente poderosos.

Detalle de una pieza

“Nosotros no sabíamos”. Una frase común entre la burguesía desidiosa durante los años de la dictadura, resultó de la recopilación durante el año 1976 de cientos recortes de periódicos que se referían a los atropellos del terrorismo de estado. Casi una década más tarde, en 1984, Ferrari conformó la serie pegando aquellas noticias sobre secuestrados, desaparecidos, torturas y exilios sobre hojas blancas, como testigos irrefutables de la indolencia, puestos en contexto, Ferrari los convierte obra de arte la denuncia necesaria y justa.

De formación autodidacta, León Ferrari empieza por la cerámica e incursiona en  la escultura en madera y metal, el dibujo, el arte sobre papel, el arte objeto, el arte correo, el collage, la instalación, la heliografía, la serigrafía y otras técnicas de impresión, el video… 

Precisamente en 1984 Ferrari y su familia se exilian en Brasil, excepto su hijo Ariel, quien decidió permanecer en Argentina y fue secuestrado y desaparecido por la dictadura. Su evolución estilística y técnica tuvo mucho que ver con ese exilio, pues allí interactuó con las vanguardias brasileñas y se abre a la experimentación de novedosos lenguajes.

Detalle de una pieza

Hija legítima de esa experimentación es la serie Heliografías, que ahora se exhibe en el Lam. Descrita por Andrés Duprat se trata de una técnica en la que “a través de insólitos diseños de planos arquitectónicos y la utilización de patrones de Letraset, de mobiliario, artefactos y personajes, construye obras que exacerban hasta el límite las relaciones  humanas y espaciales”.

Detalle de una pieza“Relecturas de la Biblia”, se inicia a mediados de la década del 80 y presenta montajes de imágenes donde la contraposición de símbolos religiosos, iconografía belicista, estampas eróticas orientales, consigue una interpretación diferente del conjunto, casi siempre dirigida a señalar desde el humor y la ironía la relación entre la religión y la violencia, entre la religión y la represión.

Obras de arte de imposible realización, dibujadas y coloreadas con palabras en su serie Arte Visual Escrito, nos llevan de espectador a artista, de mero receptor a protagonista del hecho creativo en tanto nuestra  imaginación sea capaz de realizar un lienzo intangible y hasta cierto punto personal.

Nunca Más, L Osservatore Romano y Electronicartes completan la colección del ganador del León de Oro en la Bienal de Venecia de 2007. Todas, unidas a un conjunto de obras únicas que ocupan otra de las salas del Lam serán donadas a instituciones públicas cubanas, en cumplimiento a un deseo del artista multiplicado por sus nietas, albaceas del patrimonio de León Ferrari.

Seis libros acompañan la muestra, entre ellos El caso Ferrari, que compila los avatares de lo sucedido en el acto de censura a una muestra de Ferrari del año 2004 que culminó en un proceso judicial el cual ganó el artista y la restitución de la libertad de expresión que se impuso en Argentina durante ese mismo año. Todos quedarán en los fondos de la Biblioteca Nacional José Martí, entre otros centros culturales de la isla.

Fallecido hace poco más de un año, Ferrari sostuvo una fluida relación con Cuba, participó en los Encuentros de Intelectuales y Artistas de Casa de las Américas en la década del 70 y en la II Bienal de La Habana y luego se convirtió en un ponente habitual de la cita cuya décima edición le dedicó un homenaje y recibió en 2010 el Premio ALBA y, más allá de la muerte impotente ante la obra de la vida, regresa a Cuba León Ferrari a compartir sus causas ganadas: luchar a pesar de todo, quebrantar los silencios, hacer arte...

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