Conferencia Nacional de Paz, reto a derecha opositora venezolana

La convocatoria a una Conferencia Nacional propuesta por el gobernante a todos los sectores del país para terminar con las protestas comenzadas el 12 de febrero contra su gobierno, es un paso de la escalada gubernamental a fin de consolidar el proceso propuesto en el Plan de Convivencia y Paz.

Propongo una Conferencia Nacional (el 26 de febrero) con todos los sectores para neutralizar a esos grupos violentos. Es una convocatoria amplia, una conferencia por la paz, por la convivencia para enfrentar a los que quieren destrozar la patria, dijo Maduro.

Inmersa en la batalla por encaminar una economía rentista sobre rutas socialistas de planificación y producción, y enfrentada a un contrabando fronterizo al que aún no se le encuentra la punta de la madeja, el país desafía una arremetida antagónica que ha dejado alrededor de 13 muertos y 137 heridos.

Maduro aseguró desde el Palacio de Miraflores, sede del encuentro con los adultos mayores, que los hechos fascistas han tenido impacto solo en un ocho por ciento del territorio nacional, mientras que el 92 por ciento se mantiene en paz.

Frente a cada golpe de la ultraderecha, el país responde con un golpe más fuerte, aseguró el vicepresidente Ejecutivo, Jorge Arreaza, quien argumentó que tras los intentos de crear "caos en el país para el derrocamiento de un gobierno legal", diversos sectores se han manifestado en las calles para apoyar la revolución.

Trabajadores de la empresa estatal Petróleos de Venezuela (Pvdsa), mujeres y adultos mayores manifestaron su adhesión al proceso, en favor de la paz y en contra de la violencia.

GOLPE DE ESTADO SUAVE EN DESARROLLO

Las protestas y movilizaciones de la ultraderecha venezolana tienen un "leiv motiv", confesado incluso por sus propios líderes: un cambio de gobierno.

La constitución de la República Bolivariana de Venezuela da la posibilidad de convocar a un referendo revocatorio a mitad del ejercicio presidencial, un momento para el ejercicio democrático por parte de la ultraderecha venezolana.

Sin embargo, no quiere jugarse otra carta perdedora y desde el 23 de enero comenzó una ofensiva que tuvo su punto culminante con los sucesos del día 12 de febrero, cuando grupos violentos atacaron la sede de la Fiscalía General de la República y causaron grandes daños al Parque Carabobo, ambos ubicados en Caracas. Mientras ellos andan preparando emboscadas como locos, le digo a la oposición que llegó la hora de hacer la gran política, no es la hora de pequeñas políticas, enfatizó el mandatario al hacer referencia al diálogo nacional por la paz.

Reafirmó Maduro que los diferentes focos de violencia evidenciados en el país "no es una campaña más de conspiración, es un golpe de Estado continuado, apoyado por Estados Unidos, además de una campaña de desprestigio, en la cual se utilizan artistas y deportistas famosos".

La evidencia de una campaña de prensa tanto nacional como internacional, así como la condena de gobiernos derechistas a una supuesta violencia gubernamental, y el uso de fotografías retocadas de protestas masivas ocurridas en otros lugares, sugieren la creación de un estado de opinión foráneo que pudiera "determinar la intervención humanitaria".

Maduro ratificó que solo a través de la paz y la unión se podrá derrotar la campaña mediática, y cesarán las acciones de grupos violentos.

Nosotros llamamos a la paz, a la tolerancia y al respeto. La derecha venezolana no logrará enfrentarnos pueblo contra pueblo, dijo el presidente desde el Palacio de Miraflores.

Entre ellas mencionó el Capitolio Nacional, el Gran Teatro de La Habana y otras notables edificaciones patrimoniales que se levantan como símbolo de sacrificio, de exaltación de la dignidad nacional y del espíritu radiante invencible de Cuba, concluyó.