EE.UU. versus Cuba: Más bloqueo, pero más turistas

EE.UU. versus Cuba: Más bloqueo, pero más turistas
Fecha de publicación: 
28 Octubre 2013
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    Vaya paradoja, pero la realidad es así. La obsoleta política imperial anticubana tiene ya más de medio siglo de existencia y un largo expediente de excesos con su vecina ínsula, a la cual  aspira a asfixiar por el único delito de haber escogido por sí misma su camino, en su propio traspatio.

    Recientemente trascendió otra vez el monto actualizado de los costos billonarios infringidos por Washington a La Habana mediante tal legislación extraterritorial. También se supo entonces que las afectaciones para el giro del ocio se estiman en 1 960.18 millones de dólares, marcados principalmente por los ingresos dejados de percibir debido a la prohibición tácita para los norteamericanos de acceder a las propuestas de la industria sin chimeneas nacional.

    Sin lugar a dudas, este cerco constituye el sistema de sanciones unilaterales más injusto, severo y prolongado que se ha aplicado contra nación alguna, más, sin embargo;  un récord de estadounidenses visitó Cuba en 2012; pese a las restricciones a los viajes decretadas por la Casa Blanca, sumándose tal volumen a los cientos de miles de cubano-estadounidenses que viajan cada año, según cifras oficiales publicadas la semana última.

    La corriente de visitantes de La Unión hacia Cuba se duplicó en los últimos seis años con la llegada de más de 98 mil en 2012. Los viajeros de Estados Unidos ocuparon entonces el sexto lugar en la lista de países emisores de turistas a la Antilla Mayor del año pasado, tras un incremento progresivo desde 2007, cuando arribaron 40 mil 521 estadounidenses, de acuerdo con un informe de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI).

   A partir de la fecha referida, de año en año, la tendencia al alza quedó comprobada. En 2008 visitaron este vecino destino 41 mil 904 estadounidenses, 52 mil 455 (2009), 63 mil 046 (2010) y ya en 2011 se registraron 73 mil 566.

PROMOCION DE CONTACTOS PERSONA A PERSONA, SEGÚN OBAMA

   Los viajes de los ciudadanos de esa nacionalidad son autorizados por la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC), encargada de otorgar las licencias a organizaciones y grupos que patrocinan ciertos programas de intercambio educativo y cultural con la isla.

   Los estadounidenses autorizados a venir a Cuba están sujetos a límites de gastos diarios y se les prohíbe el ingreso de souvenirs o de otros bienes cubanos, según ha advertido el Departamento del Tesoro estadounidense.

   En enero de 2011, una resolución aprobada por el presidente Barack Obama alivió algunas regulaciones que beneficiaron visitas por motivos académicos, religiosos, culturales y deportivos, que cumplan con ciertas pautas y, sobre todo, con una política que la Administración yanqui denomina "promoción del contacto persona a persona".

    Además de permitir a los cubano-estadounidenses viajar a su terruño natal, el mandatario   autorizó a su vez la concesión de licencias para los viajes con propósitos educativos y culturales a más de 250 proveedores de viajes a Cuba y accedió a que más aeropuertos operen vuelos entre ambos países.

   El programa, que comenzó en 2011, requiere la renovación anual del permiso. Las regulaciones exigen asimismo la entrega de itinerarios detallados de cada grupo, un informe a su regreso y las explicaciones acerca del "intercambio significativo" de cada visitante con los cubanos.

   Las cifras de la ONEI sobre visitantes estadounidenses no incluyen a los miles de cubano-americanos que viajan anualmente a departir con familiares y amigos, que también han aumentado desde que en 2009 la Oficina Oval flexibilizó sus viajes, así como el envío de remesas y paquetes humanitarios a sus consanguíneos en la ínsula.

   Durante los 12 meses anteriores, se supo- igualmente por fuentes fidedignas- acudieron a estos predios 475 mil 936 cubano-americanos, de acuerdo con un estudio de la organización The Havana Consulting Group, la misma que calcula que al cierre de diciembre entrante podría elevarse ese  segmento a más de 520 mil 000.

    De momento, Canadá mantiene su tradicional liderazgo en el mercado turístico antillano, adonde arribaron un millón 071 mil 696 turistas de ese país en el periodo previo  (para el presente se prevé que tal volumen bordee el millón 200 mil);   seguido por vacacionistas de territorios europeos como Reino Unido, Alemania , Italia y Francia.

   EE.UU. se ha instalado como  el sexto proveedor de turistas con rumbo a estos dominios; pero muy bien podría considerársele el segundo, si se añaden las cuantías de  las visitas de los cubano-estadounidenses, con lo cual desplazaría a los canadienses, quienes han sido los punteros por varios lustros.   

UNA BUENA PREGUNTA

    El proveedor de viajes Collin Laverty, director de Cuba Educational Travel, dijo a agencias internacionales que las organizaciones como la suya estaban trabajando duro para aumentar los viajes.

  "Cuba tiene mucho que ofrecer en términos de cultura, historia y temas de interés mutuo -cuidado de la salud, educación y el medio ambiente- y los estudiantes, los profesionales y las personas de fe tienen curiosidad", señaló.
   "Que una isla a 90 millas pueda permanecer tan distante es solo una cuestión de tiempo", agregó Laverty.

    Después del triunfo de la Revolución en 1959, el máximo de visitas desde esa procedencia se alcanzó durante la presidencia de Bill Clinton, con unas 70 mil, que bajaron a un promedio de 30 mil en el último mandato del presidente George W. Bush. Los viajes a Cuba son vistos como un tema clave tanto para partidarios como para opositores del bloqueo.

     Theodore Piccone, del Brookings Institute basado en Washington, afirmó que Obama debe hacer más para abrir los viajes. El experto catalogó de irónico el hecho de que con la nueva política migratoria de la isla, los cubanos ahora son libres de viajar a donde deseen, mientras que los ciudadanos estadounidenses NO.

   "Los viajes de estadounidenses a Cuba seguirán siendo una pequeña fracción de su potencial, en tanto el Presidente evite una mayor liberalización de los viajes", admitió. "Si el Gobierno cubano puede abrir los viajes a sus ciudadanos, como hizo ahora, ¿por qué nosotros no?", se preguntó Piccone. 
 
    En este campo del ocio, Estados Unidos ha dado muestras de actuar como si fuera un muelle, lo mismo estira que encoje; y ahí están las multas impuestas- algunas de ellas millonarias- como aviso cierto a aquellos que no cumplan al dedillo sus determinaciones.

     Lo cierto es que la geografía puso como vecinos a un potente mercado emisor y un destino en expansión, que en esta rama, como en muchas otras, tienen en ocasiones un diálogo de sordos, por la postura de mandamás de la Casa Blanca.

    Las realidades están a la mano. Según una declaración realizada por la Agencia de Viajes de América (ASTA) ante la Comisión de Comercio Internacional (ITC), de no existir la prohibición de viajes para los ciudadanos norteamericanos, en un corto plazo se reportarían 1.3 millones de turistas de estancia y medio millón de cruceristas podrían conocer el archipiélago cubano.

     Informes de otras investigaciones de mercado realizadas por empresas estadounidenses de turismo y otras vinculadas al sector del transporte aéreo, estiman que en unos pocos años, de eliminarse el bloqueo, la cifra de visitantes superaría los cinco millones cada 12 meses.

    Así marchan las cosas: por un lado, EE.UU. sigue arreciando su guerra multilateral y sin fronteras   contra Cuba; mientras, por otra parte, el destino caribeño hace públicas estadísticas fidedignas indicadoras de  aumentos en los flujos de turistas procedentes de Norteamérica. Más bloqueo, sí; pero más turistas de USA también.

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