Flamenco y fusión a lo cubano

En los meses de verano, varias noticias coincidieron en anunciar las clausuras de talleres de verano, impartidos por las compañías de baile flamenco que existen, fundamentalmente, en la capital. La televisión cubana se hace eco de estos sucesos e incluso envió sus cámaras de control remoto al Teatro Mella, para el registro y posterior trasmisión de la clausura de los talleres de verano del Ballet Lizt Alfonso, una de las más activas, o quizás la institución que va a la vanguardia en este tipo de acciones.

El tema del baile del flamenco y su enseñanza en Cuba tiene mucha tela por donde cortar, pues la legitimidad misma de estas agrupaciones a veces queda en entredicho. Es cierto que en la misma España, el flamenco ha sufrido transformaciones hasta la saciedad, la fusión se ha apoderado de figuras claves como Joaquín Cortés, quizás el intérprete más comercial de todos.

En Cuba, hemos tenido la oportunidad de ver buen flamenco. En nuestros escenarios se han presentado artistas como Cristina Hoyos, Antonio Canales, Sara Baras, Eva la Hierbabuena, por solo mencionar algunos. También ha estado por acá Israel Galván, un bailaor que hoy hace furor en Europa, y que por Cuba pasó sin ser muy visible. Galván es un punto y aparte, y es en mi opinión, el más interesante de todos, por la novedad de sus propuestas y la espectacularidad de sus representaciones.

Cuba no escapa a la fusión del flamenco. Para un espectador activo, que guste del género, no es difícil apreciar hasta qué punto se han cruzado los límites en este asunto, y cómo se ha mezclado, de manera que muchos espectáculos de esas compañías que se dicen de baile español, hoy tienen en sus espectáculos un por ciento mínimo de las herencias del flamenco. Pienso en las propuestas de Lizt Alfonso, que ciertamente son espectáculos muy bien armados, pero que del flamenco les queda poco. La propia coreógrafa ha decidido llamar a sus intérpretes, bailarines fusión, un término cuestionable, porque en nombre de la fusión se esconden muchas ganas de hacer cabaret a lo grande, un género que para nada considero menor, pero muchos tienen prejuicios en que se les identifique con él.

Pero, en definitiva, ¿qué es fusión en la danza?, ¿qué es fusión en el arte?, ¿qué significa hoy fusión en el baile flamenco? Del tema se podría estar hablando durante horas, y como en un auténtico juego de béisbol, nadie se pondría de acuerdo, porque tampoco hay que estarlo. Lo interesante es esa diversidad, que por suerte hace que no nos aburramos de ir al teatro, o que nos permite tener fe en que siempre podemos encontrar algo interesante, a pesar de la dudosa calidad creativa que ha mostrado la cartelera de danza en los últimos tiempos.

Si tengo que apostar por una agrupación cubana de flamenco, lo hago con toda honestidad por la Compañía Flamenca ECOS, una formación que hoy comanda Ana Rosa Meneses, y que tuvo como primer director a Dany Villalonga. Este es un conjunto con espectáculos pequeños y quizás más discretos en su producción y alcance, pero que se mantiene más cerca de las raíces flamencas. Sus bailaoras y sus músicos logran marcar la diferencia en medio de tanta fusión y mezcla, de ese flamenco que hoy se hace en esta isla, a lo cubano.