Espejo de Paciencia no es falso, asevera filólogo cubano

Espejo de Paciencia no es falso, asevera filólogo cubano
Fecha de publicación: 
1 Abril 2013
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La hipótesis que cuestiona la veracidad histórica del poema épico Espejo de Paciencia y lo caracteriza como un apócrifo muy bien diseñado, carece de basamento científico, afirmó hoy en Camagüey cubana el filólogo Ernesto Agüero.

 

El también escritor expresó a Prensa Latina que un análisis profundo del texto, más los últimos hallazgos en el Archivo de Indias, España, demuestran la legitimidad de esa obra del escribano del cabildo de la Villa de Santa María del Puerto del Príncipe (hoy Camagüey) Silvestre de Balboa y el grupo de sonetos laudatorios.

 

Las controversias por parte de estudiosos y críticos literarios sobreel poema que data de 1608 (relata en octavas reales un hecho histórico comprobado) carecen de argumentos sostenibles, abundó Agüero y expuso que quien lo estudie se dará cuenta que la acción va discurriendo en un ámbito geográfico específico.

 

Explicó que el texto describe con mucha exactitud el secuestro del obispo Juan de las Cabezas por el corsario francés Gilberto Girón, en 1604, en el poblado de Yara, y el desenlace final: el rescate del religioso en el puerto de Manzanillo cuando los vecinos de Bayamo decidieron enfrentar a los secuestradores.

 

Reconoció que fueron sucesos que estaban lejanos geográficamente del Puerto Príncipe, pero que no excluían el sentimiento que pudiera haber en torno al comercio de rescate y contrabando en la región.

 

Consideró que Silvestre de Balboa contó lo que hicieron los bayameses para que los camagüeyanos tuvieran un referente de lo que ellos podían hacer en caso similar.

 

Señaló que los otros elementos de la más antigua obra literaria escrita en Cuba (que ha tenido una historia de polémicas sobre su autenticidad) son figuras literarias y mitológicas que se vinculan con la gran tradición de la poesía española y canaria.

 

Consideró que falsificar el poema en el siglo XIX, a la distancia del tiempo, sin grandes instrumentos de investigación y sin acceso a elementos básicos no era probable para permitir a un impostor dominar tantas evidencias.

 

Argumentó que para dotar a la literatura cubana de un primer monumento falsificado se requeriría de una computadora desconocida en esa época, acceso a una información intensa y suficientes elementos para escribir estilísticamente siete poemas desiguales.

 

Agüero explicó que Silvestre de Balboa y Troya no es un personaje inventado, sino un hombre que desempeñó jerarquías intermedias (escribano) dentro de la Isla de Cuba y dijo que existen documentos que prueban que Balboa fue alcalde en las entonces villas de Bayamo y Camagüey.

 

Los documentos testifican que Balboa era una persona que poseía cultura y preparación para destacarse como creador, afirmó.

 

Encargar a alguien que escriba un largo poema narrativo acerca de un secuestro pudiera ser factible, pero que los seis sonetos laudatorios que acompañan a la obra y con las condenas de circunstancia que coincidan en tiempo, época e intereses con Balboa, no es posible, acuñó.

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