Danza Alicia Alonso en Festival de Ballet en Cuba

Danza Alicia Alonso en Festival de Ballet en Cuba
Fecha de publicación: 
30 Octubre 2012
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El retorno a la escena de la leyenda del ballet cubano Alicia Alonso dio un toque de distinción al 23 Festival Internacional de Ballet de La Habana.

 
Con 90 años de edad y acompañada por dos de sus antiguos partenaires, Lázaro Carreño y Jorge Vega, la directora del Ballet Nacional de Cuba (BNC) regaló Un retrato para el recuerdo, título de la pieza no anunciada a fin de sorprender a los amantes de la danza reunidos en La Habana.

Alonso fue otra vez una actriz excepcional, inspiró ovaciones a lo largo de su presentación y minutos después de ella, nadie pudo verla sentado.

Las primeras figuras, ya retiradas, Marta García, María Elena Llorente, Orlando Salgado y Osmay Molina, también acompañaron a la prima ballerina assoluta en el escenario y demostraron la clase con que hace años eran capaces de conquistar ovaciones en el mismo Gran Teatro de La Habana.

La gala en su conjunto estuvo dedicada a rendir tributo al compositor y pianista cubano Ernesto Lecuona en conmemoración del centenario del estreno de La comparsa, una de sus obras que mejor expresa el mestizaje característico de esta isla del Caribe.

La coreografía de Alberto Méndez, Tarde en la siesta, sobre un conjunto de partituras de Lecuona, revivió imágenes de la mujer cubana de principios del siglo XX y dio a Viengsay Valdés, Sadaise Arencibia, Anette Delgado y Yanela Piñera la oportunidad de exhibir sus particulares dotes histriónicas.

En La comedia e danzata, de Alicia Alonso, los jóvenes Grettel Morejón, Serafín Castro, Alejandro Silva y Miguel Anaya demostraron estar listos para desempeños mayores, especialmente la bailarina, técnicamente precisa y con dominio de un amplio registro expresivo.

El estreno en Cuba de Interludio en el limbo, del coreógrafo puertorriqueño Carlos Santos, puso en evidencia la necesidad del BNC de bailar más obras contemporáneas.

Suite Lecuona, de la mexicana Gloria Contreras, dejó ver la buena salud del Taller Coreográfico de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Mientras el dúo de amor de Espartaco, del ruso Yuri Grigorovich, interpretado por bailarines de la Opera de Bucarest, aún sin la fuerza de la pieza, entregó un momento refrescante en este inicio de Festival.

Horas antes, en el Teatro Nacional de Cuba, el Ballet Preljocaj de Francia no satisfizo todas las expectativas, pero dejó expuesta la capacidad del creador, Angelin Preljocaj, de articular imágenes de poderosa plasticidad y simbolismo.

Sin dudas, el atractivo de la jornada fue el retorno a la escena de Alicia Alonso, con ese ímpetu admirable de vivir, vivir, vivir.

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